
La temporada 5 de True Blood llegó a su final el pasado domingo 26 de agosto (cinco millones de espectadores) y nos ha dejado un sabor agridulce: la apuesta por una historia más amplia y abierta que continúe en la próxima temporada, y hacer que las tramas de Sookie-Bill-Eric hayan tenido derroteros distintos este verano, nos ha hecho añorar otros tiempos.
Los vampiros se han vuelto malos: "adiós True Blood, hola humanos"; una trama más que interesante para la que tenemos varios reproches una vez terminada la temporada 5 de True Blood. Para empezar, Sookie y Bill han estado muy distanciados y sólo han compartido planos en dos ocasiones en toda la temporada: en la búsqueda de Edginton y en la última escena de la temporada en la que Eric usa a Sookie como arma definitiva contra la locura de Bill, de manera futil.

Comenzábamos la temporada con el problema de la muerte de Tara, pero rápidamente se solucionó cuando Sookie y Lafayatte pidieron a Pam que transformara a la odiavampiros de Tara, en una de ellos... durante el resto de la temporada los problemas de una Tara ligerita de ropa pasaron sin pena ni gloria. Mientras, Bill y Eric empezaban siendo detenidos por la Autoridad de los vampiros (intentaron escapar sin suerte) y acusados de ser sanguinistas, opositores religiosos al mainstreaming (convivencia con los humanos).
Con la vuelta de Edginton a escena, los sanguinistas se hicieron con el poder y una sangre sagrada (de la diosa Lilith) volvió locos a todos los vampiros protagonistas de la Autoridad con Bill y Eric entre ellos. El objetivo de la nueva camarilla chupasangre ha sido devolver la hegemonía a su raza y para eso se han deshecho de las factorías de True Blood, aunque no han contado mucho de las graves consecuencias que puede haber tenido: se han centrado en la lucha de poder dentro de la susodicha camarilla, en la que se han ido matando uno a otro hasta que Bill se ha hecho con el poder. Al final, Sookie parecía la única que podría detener los delirios de Bill, pero era muy tarde y el vampiro que una vez la amó sobre todas las cosas y la traicionó, bebió toda la sangre de Lilith y explotó... para renacer de entre su sangre como final de temporada.

Sookie ha tenido sus propios enredos al margen de su papel en la season finale en el cuartel general de los vampiros. Su historia con las hadas se ha desarrollado algo más y se ha descubierto que sus padres fueron asesinados por un vampiro llamado Warlock, al que "ella" (primera niña hada de la familia nacida) fue cedida por un antepasado.
En paralelo, hemos atendido a las tramas de los personajes secundarios: las únicas que han tenido inicio y desenlace. Arlene y Terry superaron la maldición iraquí, Andy terminó con cuatro bebés de la hada (para horror de Holly), los lobos se libraron del packmaster que les hacía beber V y los opositores a los cambiaformas con máscara de Barack Obama fueron detenidos.
La temporada ha parecido floja: en cuanto a romances no ha habido nada. El triángulo Bill-Sookie-Eric no ha tenido oportunidad de mostrar tensión alguna y el lío entre Sookie y Alcide pasó pronto a la historia; la historia Hoyt-Jessica-Jason tampoco ha visto muchos cambios (exceptuando la marcha del primero con la memoria borrada). Las escenas de sexo, también han tenido menos protagonismo que de costumbre, y la historia principal ha sido lenta y continuará el próximo verano, en la temporada 6 de True Blood, en la que veremos hasta que punto llega la locura (y nuevo poder) de Bill Compton.
¿Estás de acuerdo con dilatar las historias en varias temporadas o eras más fan de las tramas que comenzaba y acababan en un mismo verano?