
La temporada cuatro de True Blood ha vuelto con muchos cambios. La premiere de 58 minutos de esta nueva etapa ha servido para situarnos en la historia actual, y es que de la temporada 3 a la temporada 4 tenemos una elipsis de un año en el que han ocurrido muchas cosas.
True Blood, una de las grandes del verano, ya está de vuelta, y lo hace de una manera especial: con un salto en el tiempo de doce meses del que nos han puesto al corriente en la season premiere. En los primeros minutos la serie continúa justo por donde se quedó, con Sookie visitando "el mundo de las hadas" de la mano de su hada madrina, Claudine. Sookie Stackhouse, que tiene un gran imán para las situaciones peligrosas, igualmente tiene un gran olfato para advertir el peligro y desafía a las hadas en cuanto nota que algo no va bien: el mundo de ensueño se quita la máscara y las supuestas hadas se convierten en seres violentos que quieren el poder de Sookie y acabar con ella. La protagonista logra escapar del lugar con su abuelo, que había estado allí atrapado durante 20 años, pero aunque para Sookie sólo hace 20 minutos que descubrió que Bill Compton la usó en la primera temporada para beber de su sangre, para todos los habitantes de Bon Temps ha pasado un año entero.

A lo largo de este año las cosas han cambiado mucho para los protagonistas de True Blood. La premiere sirve para un pequeño repaso por los principales personajes. Jason se ha convertido en un policía de pleno derecho y continúa con la misión que Crystal le encomendó de proteger el poblado pantera. Tara, a la que vimos huir en la finale, no ha vuelto por el pueblo, se ha cambiado el nombre, y se gana la vida como luchadora, al tiempo que vive un romance con una de sus compañeras de ring. Descubrimos que Sam le disparó en la pierna a su hermano, y que ahora hace terapia contra la ira con tres cambiaformas más. Además, acompañamos a Lafayette a su primer encuentro con el aquelarre de su novio, donde parece que irá descubriendo su poder interior, y en el que una espía informa a los vampiros de los progresos del grupo.
En cuanto a la facción de vampiros, poco se sabe de cómo la gente está aceptándoles después de lo que pasó con Russell, pero las cosas no van mal. Eric quiere que la gente normal confíe en ellos y abrir las puertas del Fangtasía a todas las personas, mientras Bill, que ha hecho carrera entre los vampiros convirtiéndose en el rey de Luisiana, está labrándose una carrera en la política, al menos en Bon Temps. También ha habido tiempo para ver que la protegida de Bill lleva un año viviendo entre los humanos con Hoyt, tiempo suficiente de jugar a las casitas para que su instinto de cazadora se descontrole.

¿Y Sookie, dónde deja todo esto a Sookie? Tras un año fuera, su hermano le confiesa que había dejado de buscarla, y que había vendido la casa. Más tarde descubre que el mismo Eric es quien la ha comprado, y ya no puede echarle de allí. ¿Y Sookie y Bill? Como dice la propia protagonista: "Para mí sólo hace 20 minutos que me rompiste el corazón", pero al verle comprobamos cómo todo se le revuelve por dentro. A él también, pero el antiguo apasionado Bill, ha dejado paso a uno más discreto que le confiesa que lleva un año preocupado sin sentir su presencia, pero que ahora está tranquilo y dicho esto, se marcha, sin volver a hacerle promesas de amor ni suplicarle por su perdón. ¿Es posible que en los nuevos planes de Bill no haya lugar para la pequeña Stackhouse? ¿Ha sido este año lejos de Sookie lo que le ha hecho frío y calculador? ¿O esa ambición que vemos en él estuvo ahí desde que le enviaron a probar su sangre?
El salto temporal ha sido una forma sabia de regenerar la serie, una construcción rápida de una realidad muy parecida pero con grandes cambios que tendremos que ir averiguando. Es un recurso muy utilizado por series, y bien empleado rejuvenece las tramas pudiendo omitir paja de una línea temporal natural en la que vemos todo lo que pasa, como en las anteriores temporadas. Además, se les da un respiro a los personajes, crea nuevas situaciones sin tener que narrarlo todo y es ideal para esconder grandes secretos que podremos ir rascando conforme avance la temporada de doce capítulos.
Este primer capítulo no ha servido para trazar la dirección que seguirá la trama de esta temporada 4 de True Blood, pero entre los problemas en el pueblo pantera (Jason ha sido secuestrado), el nuevo rey de Luisiana y los seres que se hacían pasar por hadas, sin olvidar, el futuro romance de Sookie (con... ¿quién?), la emoción está servida. Puede que el programa de HBO haya vuelto de forma relajada, pero es un gran comienzo de temporada, poniéndonos al día de cada uno de los personajes principales.