
La temporada 1 de Once Upon a Time comenzó con buen pie: 12.8 millones de espectadores siguieron el estreno del cuento de hadas que ABC emitirá cada domingo por la noche. La primera temporada de Once Upon a Time debuta con récord en su género, y es que es uno de los nuevos dramas del que más se había hablado.
El piloto de Once Upon a Time, Érase una vez, fue el programa no deportivo más visto de la noche estadounidense (Mujeres desesperadas 9.2, Pan Am 5.76, The Good Wife 9.8, CSI Miami 9.6), sumando un impresionante rating de 3.9 y además, igualó en números a estrenos de ABC como Modern Family, V, Cougar Town o FlashForward, aunque valga esta lista para acentuar que no todo está dicho con un buen inicio de temporada, y el piloto de Once Upon a Time carece de varias cosas.

Once Upon a Time es un drama que juega con los cuentos infantiles, presentándolos mezclados en un mundo en el que todos los personajes son amigos y viven en armonía disfrutando de sus finales felices, hasta que la malvada bruja interviene y les envía a un pueblo con nuevas identidades sin recordar quienes son en realidad, es el final feliz de la bruja, para nadie más. La serie está dividida en dos mundos: el de los cuentos y el real, y en el piloto se van intercalando para relatarnos cómo se llegó a la situación actual...
Empezamos por la fantasía: Comenzando por el final del cuento de Blancanieves, vemos como el príncipe encantador besa a su amada y la despierta del envenenamiento de la manzana de la malvada bruja. Acto seguido asistimos a su boda, en la que la bruja anuncia que está preparando su venganza. Nueve meses después, Blancanieves está a punto de dar a luz pero no lo hará tranquila hasta que no sepa qué trama la bruja así que le pregunta a Rumpelstiltskin, quien les avisa de que se acerca una maldición muy poderosa y sólo la niña que alberga Blancanieves en su vientre será capaz de salvarles, pero no hasta que cumpla los 28 años.

Así, aunque sola, logran sacar a la niña del mundo del Bosque Encantando y "la abandonan" en el mundo real.
28 años después volvemos a la realidad, donde Emma Swan, evidentemente la hija de Blancanieves, ha crecido sin familia, pero en el día de su 28 cumpleaños aparece su hijo Henry en el umbral de su puerta con un libro de cuentos intentando convencerla de que es parte de una gran historia: la llamada a ser salvadora de los personajes de cuento. Sólo tiene que acompañarle a Storybrooke, Maine.
A partir de aquí comienza realmente la historia de Once Upon a Time: con Emma volviendo a un pueblo en el que se ha congelado el tiempo para sus habitantes y no recuerdan quienes son. Eso sí, la motivación de Emma, lejos está de creer las historias que Henry le ha relatado, sino que la soledad y la desgracia del hijo al que dio en adopción diez años atrás, han calado en la mujer, que sin saber muy bien que hará (y sin darnos pistas del porqué de su decisión), planea quedarse en el pueblo al menos una semana más (en la posada de Caperucita Roja y su abuelita).

El piloto se ha encargado de plantearnos el conflicto de la serie con bastante acierto, pero plantea la incógnita de cómo será la serie semana a semana... ¿Cada semana Emma Swan experimentará diferentes cuentos e irá liberando poco a poco a personajes? Es difícil ver un largo recorrido en esta serie. Con el beneficio de la duda hasta que no se emitan los próximos episodios, lo cierto es que la idea es original y es una manera de revisar los cuentos clásicos que llama la atención.
Con el flanco de la comedia cubierto por Modern Family, ABC necesita un nuevo éxito en drama y Once Upon a Time es la nueva promesa.
Guiños a Perdidos
Jennifer Morrison nos advirtió que en el piloto de Once Upon a Time encontraríamos guiños a la serie Perdidos. En un primer visionado sólo hemos encontrado un par: el guiño del ojo en un primer plano, y es que en una escena cuando Emma Swan despierta es lo primero que vemos, su ojo mientras despierta desorientada, y que el reloj del pueblo se ha detenido en las 8:15. ¿Nos hemos perdido algún otro?