¿Qué hay al final del túnel?

Es natural que el seguidor medio de una serie sienta cierto pánico ante el final de ésta. Cómo no podía ser menos, hay miedo, mucho miedo por el fin de Perdidos. Miedo a que la adictiva y profunda trama no termine como esperamos (¿?), miedo a que nuestras teorías se cumplan y no sean capaces de sorprendernos, miedo al vacío que dejará cuando, aunque parezca mentira, la isla misteriosa y sus accidentados habitantes echen el cierre.
¡Son tan altas las expectativas puestas en la serie! Los grandes misterios, las revelaciones gota a gota que Abrams y los suyos nos han estado sirviendo durante más de cinco años, nos han llevado a querer que todo quede hilvanado al término de la serie, pero no de cualquier manera. Perdidos ha conseguido una calidad tan alta, que su final sólo puede estar a la altura de las circunstancias, y eso, es difícil. No decepcionar al gran fandom que ha seguido la serie durante tanto tiempo es ardua tarea apta sólo para valientes.

Son tantos los misterios que requieren respuesta, que no imaginamos que estas explicaciones quepan en los pocos capítulos que faltan. Tenemos miedo de que algunos de los misterios menores que nos atormentan desde los inicios queden sin resolver. Y quedarán.
¡Son tantas las horas invertidas en la serie! Cada semana la ilusión de siempre: ¡Capítulo nuevo de Perdidos! ¿Qué haremos ahora que se acaba? Es un vacío muy grande que no cualquier serie podrá rellenar, de hecho, pasará tiempo hasta que otra serie de características similares ataque tanto a los sentidos como Perdidos. Lost ha sabido crear debate, que sus aficionados inventasen teorías nuevas cada semana... Ha creado tanta adicción entre sus fans que la idea de que todos los secretos de la isla se desvelen de una vez, choca de lleno con el sentimiento de rechazo a su final.
¡Cuatro capítulos! Una cuenta atrás cruel, y una temporada desgraciadamente corta de la que ya sólo nos quedan un puñado de horas para que los productores de Perdidos nos den capítulos de la calidad de Ab Eterno y Happily Ever After (no esperamos menos).