
El capítulo de Glee emitido tras la Super Bowl reunió a 26.8 millones de espectadores.
El capítulo especial de Glee en el que los chicos del McKinley se jugaban su propio campeonato de fútbol arrojó unos números de audiencia impresionantes, quedando como la tercera serie más vista en los últimos doce años tras un partido de la Super Bowl. Por delante del récord de la noche del domingo, sólo dos series mejoraron estos números: la emisión de Anatomía de Grey de 2006, con 37.9 millones de espectadores y la de House. Sólo los reality show Undercover Boss y Survivor, lo han hecho mejor post-Super Bowl.
Para Glee fue el capítulo más visto de su corta historia, y no tuvo ninguna competencia, puesto que las demás cadenas no arriesgaron y programaron para su parrilla reposiciones. Los ratings fueron también asombrosos, con 11.1 en la franja de 18-49 años. Además, el episodio "The Sue Sylvester Bowl Shuffle" fue uno de los mejores vistos hasta el momento en esta segunda temporada.
Por fin volvió a Glee el drama amoroso, el protagonismo para los chicos... Y la actuación del mash-up de "Thriller" y "Heads Will Roll", puesta en escena zombi incluida, fue un buen final de fiesta para la Super Bowl de este año. Se agradece que de vez en cuando no se presente en la serie algún famoso que tome el protagonismo por bandera y apague las voces de Lea Michele, Chris Colfer o Corin Monteith.
El capítulo abrió nuevos frentes de conflicto. Por un lado, Quinn, Santana y Britanny han acabado fuera del equipo de animadoras y por otro, los problemas en el triángulo Finn-Rachel-Puck se han complicado con la escena final entre Finn y Quinn, en la cual, la exanimadora termina besando al quarterback ganador, aunque sigue saliendo con Sam. Se acercan tormentas en el Glee Club.