
Un polémico artículo en la revista Newsweek ha desencadenado una campaña en contra de la publicación por parte de algunos integrantes de la exitosa serie de FOX Glee, encabezada por su creador Ryan Murphy.
En el controvertido texto titulado Straight Jacket, el periodista estadounidense Ramin Setoodeh expone que los actores gay no deberían interpretar papeles heterosexuales, que al espectador esto se le hace raro:
Por lo que es duro saber qué hacer con el último fabuloso actor en unirse a Glee: Jonathan Groff, la estrella de Broadway abiertamente gay. En Spring Awakening, nos demostró que es un cantante portentoso y todo un galán. Pero en televisión, como el sospechoso capitán del coro de otra escuela que le roba el corazón a Rachel, hay algo en su actuación que parece fuera de lugar. En la mitad de las escenas frunce el ceño - ¿esto es para aparentar ser heterosexual?-. Cuando sonríe y se ríe, parece más bien una diva del teatro, una mejor pareja romántica para Kurt que para Rachel. No ayudó tampoco que intentara llevar a la cama a su novia mientras cantaban Like a Virgin de Madonna.
Además de atacar al actor de Glee, también le recrimina lo mismo al protagonista de Promises, Promises (Sean Hayes). Admite que es un tema complicado para la comunidad gay, y que es parecido a cuando los actores negros comenzaron a hacer castings. Las limitaciones que cree que los actores gays y lesbianas tienen, se pueden apreciar en los papeles de Portia di Rossi y Neil Patrick Harris, que aunque consigan trabajo aún sin esconder sus tendencias sexuales, siempre tendrán papeles caricaturescos. Para Setoodeh, lo mejor sería que los actores apartaran su vida privada de la escena, y así los espectadores no los encasillaríamos y no chocaría tanto cuando gays hacen de heteros.
Lo cierto es que, los actores que se declaran gays tienen aún razones para estar asustados. Mientras que está bien que un actor heterosexual haga el papel de un gay (como Jake Gyllenhaal y Heath Ledger en Brokeback Mountain), es extraño para alguien hacerlo a la inversa. De Rossi y Harris lo hacen en televisión, pero ellos tienen caricaturas, no personajes realistas.
El creador de Glee ha hecho un llamamiento al boicot de la revista hasta que ésta publique una disculpa pública a Sean Hayes y todos los actores gay en general, e incluso a todos los lectores gay:

Me gustaría unirme a mi buena amiga Kristin Chenoweth en su condena al reciente artículo de Newsweek escrito por Mr. Ramin Setoodeh, en el cual básicamente dice que los actores gays no deberían salir del armario ni intentar conseguir papeles heterosexuales. Este artículo es tan erróneo como chocante e hiriente. Me sorprende porque Setoodeh es gay también. Aunque lo que más sorprende es que Newsweek consintiera la publicación de tal palabrería homofóbica.
Es increíble que a estas alturas de la civilización aún haya quien crea que puedan existir limitaciones para las personas por su género, nacionalidad, color de la piel o condición sexual. Realmente siguen quedando algunos que preferirían apartar de los focos a todos aquellos cuyas tendencias en la cama y en el corazón, pueden no ser las mayoritarias. Si un actor es malo, lo es; y si un actor es bueno, lo es: sin importar quien tienen al lado cada noche.
Puedes leer el lamentable artículo por completo, en Newsweek.