
La vuelta de Fringe ha dividido a sus fans: los hay que están contentos con el capítulo que da inicio a la cuarta temporada de Fringe, y los hay que creen que la serie de Fox presentó 40 minutos muy flojos que no aportaron nada a la trama que quedó pendiente en la espectacular season finale de mayo.
Para unos y para otros fue una alegría que Fox renovase la serie, pero ahora queda la incógnita de si la trama tiene que ir cerrándose para dar por concluida la serie de manera digna-espectacular, o si volverá a salvarse y la trama puede relajarse. El primer episodio de su vuelta sin duda fue de los relajados: un caso autoconclusivo que encerraba por detrás la dinámica actual de la división Fringe con el otro lado. Además, sirvió para introducir al agente Lee como un nuevo integrante del equipo a este lado.
Esperábamos que la premiere mostrara todos los cambios de un mundo sin Peter, que se recreara en los pequeños detalles, que diera pistas de cómo pueden ser las cosas iguales si Peter nunca existió... Si no tuvieron que cruzarse los mundos. Pero aparte de los momentos Poltergeist con Peter en la televisión, y el observador de siempre salvándole la vida como siempre, poco más pudimos rascar del paradero de Peter.

El primer capítulo de la cuarta temporada de Fringe, volvió más fuerte de lo que se fue, con 3.53 millones de espectadores y 1.5 en las demográficas, aunque cayendo un treinta por ciento de lo que consiguió una Olivia secuestrada en el otro mundo en septiembre del año pasado. Así que cada uno elija la manera en que quiere leer estos números, de un modo u otro, la barrera de los cuatro millones se le resiste y ya no digamos la de los siete millones, que como hemos dicho varias veces, fue la barra tácita por la que Fox se llevó a muchas series el pasado mayo.
Los dramas autoconclusivos con vertiente de ciencia-ficción no suelen funcionar en las cadenas de masas, a menos que estén aderezados por una trama atractiva como la que encontramos en Fringe, pero no podemos olvidar que los casos semanales no serán siempre de la trama principal, tal y como en El mentalista no lo son de John el Rojo, por poner un ejemplo.
Fringe no puede ser perfecta siempre. No puede acabar cada episodio con el hombre de Talahasse atado en una silla tras la puerta número uno.