
La temporada 1 de Awkward ha llegado a su final con un capítulo doble titulado "I am Jenna Hamilton", toda una declaración de intenciones, que nos dejó una season finale cargada de momentos amargos y nuevos conflictos para el verano que viene.
La primera temporada de Awkward ha sido sin duda el descubrimiento del verano, todo un acierto para MTV que venía de cancelar Skins US y The Hard Times of RJ Berger. Con una audiencia que ha ido en aumento desde su estreno, Jenna Hamilton y sus problemas en el instituto han ido conquistándonos con ese humor que ha llegado a recordarnos a obras maestras como Freeks and Geeks e incluso a Daria.

De ser una marginada que pasa completamente desapercibida en el instituto, Jenna Hamilton se convierte en una de las personas más populares del lugar, pero no por los motivos que a ella le gustaría: un accidente que parecía a todas luces un intento de suicidio, le cuelga el sambenito durante el resto del curso y todo empieza con esa carta misteriosa en la que le recuerdan que pasa desapercibida y que tiene que cambiar.
El piloto lo puso todo en marcha: Jenna se lió con Matty, y al llegar a casa recibió esa misteriosa carta. Durante los siguientes episodios, Jenna intentó seguir los consejos de la carta, luego romperla y olvidarla, pero como fuera, sus palabras han seguido machacándola siempre. En algunos capítulos creímos que la amargada Sadie (que no se acepta a sí misma y se divierte con las miserias ajenas) era la autora de la misiva, después que había sido su mejor amiga Tamara, pero tampoco. Incluso nos hicieron creer que Matt podría ser el responsable... Pero no, el autor tenía nombre de mujer y al parecer, no era otra que su madre.

En cuanto a su relación con Matt, ha sido un desastre. Durante la temporada 1 de Awkward hemos sufrido durante doce episodios esperando a que el chico se atreviese a reconocer públicamente lo que sentía por ella, pero cuando ha dejado de temer a decirlo en voz alta (conocía a sus amigas, comía con sus padres, pero en el instituto mantenían las distancias), ya era demasiado tarde. En la finale, Jenna decide cortar con Matty y darle una oportunidad a Jake, el chico con cara de no haber roto nunca un plato y que sabe que la tratará como a una reina, ¿pero es realmente lo que Hamilton quiere? No. Y lo vamos a ver en la temporada dos.
Parte del encanto de la serie, se la lleva la voz en off constante a través de la que conocemos lo que piensa el personaje, y que va narrando de manera muy amena la historia. Todo está inventado y nos recuerda de manera positiva a la increíble Veronica Mars: si sigue su patrón aún le queda al menos una temporada buena. Esto nos permite meternos en la cabeza de la protagonista y su naturalidad y lo mal que lo pasa en cada episodio, llega al espectador de manera muy directa.
Sin duda es una comedia dramática de instituto sin más que los típicos problemas de “me quiere-no me quiere”, pero posee unos puntos de humor que la hacen destacar y sin duda estaremos esperando a que Jenna se aclare y vuelva con Matty en la segunda temporada, lo que afortunadamente esperamos ver el próximo verano en la temporada 2 de Awkward, ya que MTV hizo oficial semanas atrás la renovación de la serie.