
Stargate Universe es el nuevo spin-off de una franquicia que surgió del libro de Dean Devlin y que más tarde Roland Emmerich convirtió en película en 1994 ("Puerta a las estrellas"), saltando a la fama. La nueva serie intenta romper con la vieja escuela de la franquicia, y son muchas las diferencias que apuntan a que sí lo está consiguiendo. Primero, miremos al pasado.
Stargate se basa en la premisa de que los grandes dioses egipcios eran en realidad extraterrestres (y las pirámides las construcciones sobre las que reposaban sus naves) y que llegado el día, fueron abandonando la Tierra cada uno con un puñado de terrícolas, poblando diferentes partes de la Galaxia. Estos falsos dioses serían en realidad goa"uld, una raza parasitaria que se vale de cuerpos humanos para poder vivir, así como de la tecnología de civilizaciones más avanzadas a las que derrota y erradica, para continuar sometiendo a pueblos con niveles de tecnología menores. Su nombre viene de los aparatos que en la serie se usan para viajar de planeta en planeta, los stargates, puertas que comunican, a través de agujeros de gusano, partes de la galaxia a años luz en cuestión de segundos; un invento de la raza conocida como los antiguos, que los goa"uld también hicieron prácticamente suya. Básicamente.
En 1997 se estrenó la primera serie sobre esta novela-película: Stargate SG1, años más tarde apareció el primer Spin-off (Stargate Atlantis), y ahora, unos cuantos años después, dos series, y dos películas más tarde, aparece Stargate Universe, con la presunción de renovar la franquicia.
Entre Stargate Universe y las demás producciones de la franquicia Stargate, podemos encontrar notables diferencias, nosotros hemos destacado siete:
- En nueve episodios no han conocido a ninguna civilización extraterrestre. ¿Dónde están todas esas civilizaciones que pueblan la galaxia? Un elemento común a SG1 y Atlantis era la exploración: en ambas los protagonistas forman un grupo más o menos sólido que viaja a través de la puerta a mundos inexplorados por terrícolas (por casi nadie). Esto conlleva, que la puerta es un elemento casi inédito en casi todos los capítulos.
- La serie se desarrolla dentro de una nave espacial de los antiguos. Las dos anteriores tenían como escenario principal una base militar (Cheyenne Mountain) y la ciudad perdida de Atlantis (que a pesar de ser una ciudad-nave no acostumbraba a viajar).
- El peso de la acción militar dividida siempre entre el mando y la acción, en esta ocasión está encarnada en un único personaje, prescindiendo del líder de despacho como podían ser Hammond o Weir, por poner dos ejemplos.
- No hay una cabeza pensante sobresaliente. Rush y Eli se reparten la tarea intelectual: uno por misterioso, el otro por poco instruido, pero ninguno se marca los discursos a los que nos tenían acostumbrados Carter o McKay.
- Imagen del general O"neill distorsionada, como si se tratara de alguien autoritario. No se puede intentar que cojamos simpatía por Everett Young dejándole como el justo ante O"neill. De esta manera, lo único que consiguen es restar credibilidad a la trama, porque nuestro adorado Jack no impondría acciones de manera autoritaria, ni aún bajo el justificante de que Carter lo tiene calculado. Él, que siempre ha hecho lo mejor para su equipo y para la Tierra, sin importar qué órdenes tuviera.
- Menos acción. Una supuesta introspección de los personajes, y una trama más filosófica, privan a la serie de escenas de acción, de exploración... Estamos conociendo a los personajes mediante los viajes que hacen a la Tierra gracias a las piedras de comunicación, pero es todo.
- Sin malo de turno: ni goa"uld ni predicadores ori ni wraith... SG1 y Atlantis desde el principio se ganan a un archienemigo para siempre, mientras que en Stargate Universe, los únicos enemigos en la nave Destiny son los propios tripulantes.
Faltaría una octava, pero como es personal y demasiado subjetiva, no entra en la lista, pero la octava sería:
- Robert Carlyle, es Robert Carlyle pero no Richard Dean Anderson. Mathew Scott es guapo, pero tampoco es Richard Dean Anderson. Y es que como Ricky, ninguno, ni Sheppards, ni Mitchells y lo siento, pero tú tampoco Scott.

Tras repasar estas diferencias, que no son más que las características principales de la serie de Syfy, me hace gracia recordar que los productores de MGM recordaban este verano a los fans, que ésta sería una serie novedosa, desvinculada de los tópicos de las dos anteriores, pero con la esencia de la franquicia. Se atrevían a querer compararse con Galactica, arguyendo que en la producción de Stargate Universe habían buscado un argumento más maduro y filosófico.
De eso no hemos visto mucho, pero la nave aún tiene muchas secciones por descubrir, muchas paradas de abastecimiento que hacer y aún los personajes podrían darnos alguna alegría: alguna desaparición, un rapto, la aparición del-nuevo-malo-de-turno. ¡Aún hay tiempo para sacar las zat y luchar por la libertad de las galaxias!